Qué días para siempre inolvidables
tu corazón llamó muy cerca al mío
y sin que nadie nunca lo advirtiera
cruzamos la oracion de un raro estío.
Los alamos de un pueblo ya perdido,
te nombran y el otoño allá en la plaza
te piensas como entonces primavera
de blanco guardapolvo suave y crespa
Vestida con tu traje adolescente
que esconde el corazón en sus cuadernos
te fuiste una siesta con tus libros
llegaste a ser mujer, sin darte cuenta.
No duelen los fracasos sino el tiempo
El hombre con sollosos, los anillos
las intimas quimeras que se hundieron
en tu alma, corazón y aqui en el mío
Vestida con tu traje adolescente
que esconde el corazon en sus cuadernos
te fuiste una siesta con tus libros
llegaste a ser mujer sin darte cuenta.
No duelen los fracasos sino el tiempo
cambiamos risa y flor
por fuego y frío
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